Amanecer

Amanecer

 

La cosa es más sencilla de lo que parece.

Se trata de saber que eres tú todos los días, cada día,

por lo que eres y no por lo que yo quiero que seas.

Por tus virtudes, por supuesto,

pero también con tus defectos,

que no son más que puntos de vista diferentes a los míos.

 

Escogerme cada día,

escogerme por quién soy y por quién quiero ser,

escogerme con mi equipaje

que será pesado o será liviano, pero es el único que tengo.

 

No puedo, no quiero complicarlo pidiéndote cambiar.

No quiero hacerlo muy difícil

siendo alguien diferente al que yo soy.

 

Y no importa lo diferentes que seamos,

tú tan de sushi y yo tan de sudadito de pollo

o tú tan de crema exfoliante

y yo tan de nariz achicharrada por el sol.

 

Tal vez un día no pueda valerme por mí mismo

y quiero que seas tú la que me cuide,

pero también es posible que seas tú a la que le cueste trabajo caminar o recordar algunas cosas

y quiero tener el amor suficiente para cuidarte cada día.

 

Un amor tranquilo,

lo que no quiere decir que no esté lleno de aventuras,

como aquella diaria de saberte cada día,

todos los días,

muriendo de noche y resucitando cada madrugada

Mauricio Lievano

“Me gustan los juegos de palabras. En realidad más los juegos que las palabras”. Fundador de Atardescentes

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