Ma hallaba en mis cotidianos oficios, limpiando aquí, restregando allá, cuando de repente se transfiguró ante mis ojos. Yo incrédulo rotundo, no podía creer lo que me estaba ocurriendo… una aparición (sí como las de la mamá de chucho) negra y profunda, dotada de una sinergia indescriptible o más bien similar a la famosa del hombre de una sola oreja.
Su rítmico andar en dos tiempos, roto por el límpido (o sea el detergente) trasgregar de la espuma sobre el cristal. (Experiencia sublime mientras los oficios hogareños)
Texto y foto by Koco