Aprender en casa

Los tiempos de un salón con 40 niños o más donde la llamada a lista se hacia interminable, parecen haber quedado atrás. Cada día más las instituciones educativas propenden por grupos más pequeños, para poder atender de manera casi personalizada, el aprendizaje de cada niño.

Sin embargo, una variante a esta tendencia es lo que se conoce como el homeschooling, o educación en casa, un estilo pedagógico que  ha venido ganando adeptos en Estados Unidos, Australia, Canadá y algunos países europeos como España y tímidamente en Colombia, donde poco a poco ha dejado de ser un hecho anecdótico de padres medio hippies. Sin embargo, este tipo de educación no es realmente nuevo sino que por el contrario implica volver a los orígenes cuando los niños aprendían todo en casa.

Aprender en casa es una tendencia en el mundo de hoy

El tema tiene tanto de largo como de ancho y así como hay personas que lo defienden a capa y espada, también hay otros que lo critican. Entre  los argumentos de los primeros está  el hecho de creer que las instituciones educativas tradicionales tienen problemas con la metodología  lo que afecta el aprendizaje de los alumnos o hay también quien lo hace por razones, económicas, religiosas, culturales o de salud. Los que están en contra le apuntan al hecho que los niños pierden su capacidad de socializar con otras personas, se vuelven introvertidos y egoístas y solamente adquieren una visión de la vida.

Para enseñar a los hijos en casa se requieren condiciones específicas y una disciplina a toda prueba

Decidirse por este tipo de educación no es una medida fácil, ni mucho menos debe tomarse en forma apresurada. Se deben crear todas las condiciones, prepararse firmemente y asesorarse por expertos. No se trata simplemente que el niño se la pase en Internet, sino que debe existir una metodología previa, un plan de estudio, unos horarios firmes y una disciplina y una paciencia a toda prueba. Igualmente es importante contar con la opinión de los hijos, que además  deben contar con toda la información, porque el hecho de no tener que levantarse para ir al colegio, es algo atractivo para cualquier niño, por lo que para ellos debe ser claro que no se trata de  un espacio donde van a poder hacer todo lo que se les venga en gana, sino que por el contrario, exige una férrea conducta y voluntad para poder cumplir con todos los objetivos propuestos. Otro aspecto que hay que tener en cuenta es que es necesario validar este proceso mediante un examen de estado para poder acceder al nivel universitario.

Si el experimento sale bien, tendremos al final del proceso jóvenes autodidactas, autónomos, responsables y más maduros, capaces de investigar y responder por sus obligaciones de manera independiente.

 

 

“Me gustan los juegos de palabras. En realidad más los juegos que las palabras”. Fundador de Atardescentes

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