La camiseta azul de mangas largas

Anoche me encontré la camiseta azul de mangas largas que usabas cuando venías sin ganas a mi casa. Buscaba algún recuerdo, un olor, buscaba una caricia que paliara mi dolor. Nada, tal vez porque ya no estabas o tal vez, porque hace rato pensabas otras cosas y ya habías decidido tu futuro.Hoy mi casa está sola, porque antes la habitaba la expectativa que vinieras.

 

Nuestro amor nunca fue fácil porque dos buenas personas no hacen necesariamente una pareja. Nunca supimos cuánto iba a durar, pero, yo por lo menos, nunca  imaginé que fuera tan poquito. Vivimos cosas buenas, que alcanzaban para construir el sueño de morirnos de viejitos haciendo el amor en una mecedora, pero siempre fue eso, un sueño, porque la realidad nos daba cachetadas en la cara.

 

Nuestro amor nunca fue fácil porque dos buenas personas no hacen necesariamente una pareja.

 

Te amé con lo que tuve. Te amé con lo que pude. Todo el mundo podía verlo, menos tú, lo que quiere decir que algo estuve haciendo mal. Tú por tu lado, yo por el mío, siempre viajando en paralelo. Podría haber pasado esta vida y otra más y no nos hubiéramos cruzado. Quisimos, incluso lo intentamos, pero el egoísmo y la soberbia, la pereza y la insolencia o de pronto el desamor, siempre salieron victoriosos.

Nos separamos muchas veces, así suene redundante. Lloramos y nos llenamos de promesas que duraban muy poquito. No fue tu culpa ni la mía porque en esta historia no hay vencedores. Sólo vencidos y nadie podrá decir que lo intentamos poco.Me quedo con lo bueno, que fue todo, incluso lo no tan bueno.

 

Tú por tu lado, yo por el mío, siempre viajando en paralelo

 

Hasta que al fin nos ganó la realidad, motivos más, motivos menos. Portazos más, portazos menos. Incluso ahora, cuando ambos sabemos que esto tiene cara de definitivo, guardamos la esperanza de cambiar, de olvidar lo que pasó, de emprender nuevos caminos, pero no nos digamos más mentiras. Tú seguirás viajando por la izquierda y yo por la derecha. O viceversa. El tiempo se nos fue y la ocasión se nos pasó. Se nos escapó una tortuga de las manos. Tendremos que mirarnos a lo lejos y con el tiempo, esa camiseta sin olor, terminará limpiando las ventanas y podamos entonces de nuevo ver el sol, porque a veces el amor cojea pero llega. Y a veces, no…

 

Flore Manfrendi

Ecléctica y bizarra. Codirectora y bloguera

LEAVE REPLY

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *