Fue un sábado – corto, tal vez – hace ya casi cuarenta años. Recién entrado a la universidad, más perdido que encontrado, la invitación a jugar fútbol resultó un bálsamo. Era una oportunidad única para lucirme con los que serían mis compañeros de vida durante los siguientes cinco años. No hubo necesidad, porque al fin y al cabo el fútbol nos revela las vergüenzas y los entresijos que tejemos en el alma.
Como sería costumbre, terminamos en la casa de Fernando Araújo en la calle 127. Allí la escuché por primera vez y fue amor, amor que puedo decir, me dura hasta estos días. Mi relación con la música estaba por los lados de Quilapayún, Víctor Jara e Inti Illimani. La Nueva Trova era apenas una referencia en un mundo sin internet.
Conocí Yolanda hace casi 40 años. Era un sábado- corto- tal vez…
Mi banalidad de 20 años no alcanzaba a comprender que una canción que decía “cuando te vi sabía que era cierto, este temor de hallarme descubierto. Tú me desnudas con siete razones me abres el pecho siempre que me colma de amores”, pudiera llamarse Yolanda. Era mucha poesía y decía tantas cosas como para tener nombre de profesora regañona. Y sí. Sí se llamaba Yolanda.
Muchísimos años después supe que esa Yolanda, era Yolanda Benet, la segunda esposa de Pablo Milanés, con quien tuvo sus primeras tres hijas: Lynn, Liam y Suylén.
Éramos unos tipos aburridísimos que nos debatíamos entre Mattelart, Foucault y Jesús Martín Barbero.
Yolanda terminó convertido en casi un himno para toda mi generación. Éramos unos tipos aburridísimos que nos debatíamos entre Mattelart, Foucault y Jesús Martín Barbero. Nos salvaba cantar a todo pulmón “de amoooores, de amores, eternamente, de amoooores”… Por esa época estaba enamorado de Helda Díaz, a la que no le inspiraba un mal pensamiento. Nunca le dediqué Yolanda, porque se me hacía raro dedicarle una canción con nombre de mujer a otra mujer. Debí intentarlo y tal vez mi historia hubiera sido otra.
Nunca fui de decirle Pablo a Pablo Milanés. Me dediqué a atesorar sus discos en vinilo y en cd y luego a atiborrar de canciones mis listas de Spotify. Todas bellas, todas profundas, pero ninguna como Yolanda.
Hoy amanecí con la noticia de la muerte de Pablito Milanés. Para mí, sin embargo, es uno de mis pocos inmoribles. Como Yolanda…