En dos días cumpliré sesenta años. Nací en una familia donde nunca faltó nada, ni tampoco sobró mucho. Ser el menor de siete hermanos no me trajo beneficios ni desgracias. Simplemente pasó. Mi viejo era un tipo de palabra, tranquilo, pasivo, con el que tuvimos una relación tan cercana como cincuenta años de diferencia nos […]
Esta fue una semana de mierda: mi hija se enfermó, me jodieron en la eps con una cita al cardiólogo que llevo esperando hace meses, la mujer que amo se volvió invisible, no dormí bien, pero al final tuve una revelación: no soy víctima. Me pasan cosas, como le pasan cosas a todos. Me[…..]
En algún momento pretendimos ser la aristocracia del barrio. Creímos ser lo mejor de nuestra especie y por eso cometimos errores sin recato y sin siquiera una gota de arrepentimiento simulado. Algunos fuimos orgullosos, engreídos, vanidosos, fatuos, pedantes y fantoches. Otros, un poco tontos y aburridos, sosos, anodinos, baladíes y casi, casi, insubstanciales. Nos[…..]
Los atardescentes, los vintagenarios, los madurescentes, somos una especie de clase media, con todas sus características: arribistas, aspiracionales, confundidos y olvidados. La generación vintagenaria, situada en la franja que araña los 45 y los 60, vivimos en una especie de marasmo, que a veces confundimos con la baba, porque no hemos aprendido a reconocer lo[…..]
Los atardescentes estamos en ese momento delicioso de la vida donde podemos hacer lo que queramos, donde podemos y tenemos el derecho y el deber de no quedarnos con las ganas. Somos seres poderosos, creativos, vitales que sabemos qué queremos, cómo lo queremos y por dónde lo queremos. […..]