A veces todo pasa. A veces sólo pasa. Y es que la vida suele ser más sencilla de lo que nos parece. Nos aferramos a las personas y a las cosas porque buscamos un alero protector que nos proteja de la lluvia que moja la existencia. Y así nos va. Somos egoístas y por eso […]
El arte de reinventarse, de reintentarse, es cuestión de filigrana y como el viejo oficio del kintsugi japonés, la idea es embellecer lo roto, reparar lo resquebrajado, hermosear lo agrietado sin negar los avatares de la vida porque al fin y al cabo, el que no llora, no sana.