Construir una relación es relativamente fácil. Lo verdaderamente complicado son los acabados. Decir adiós cuando uno ha querido, es difícil, doloroso e intenso. Y es que ninguna relación se acaba por la pelea de la noche anterior. El desamor o la impotencia se cocinan día a día, con el pequeño disgusto, la pequeña intransigencia,
Me he equivocado mucho, lo sé. Sin embargo, no son muchas las veces en que no pedí perdón, porque siempre he creído que al hacerlo reparo en parte el daño hecho y porque de alguna manera me ayuda a ser mejor. Sin embargo, a veces me he pasado al otro extremo dejándome atrapar por […..]
El arte de reinventarse, de reintentarse, es cuestión de filigrana y como el viejo oficio del kintsugi japonés, la idea es embellecer lo roto, reparar lo resquebrajado, hermosear lo agrietado sin negar los avatares de la vida porque al fin y al cabo, el que no llora, no sana.
El perdón es como el sexo: hay que darlo, hay que pedirlo y hay que auto proporcionárselo. A partir del perdón, de la posibilidad de coexistir, de convivir con puntos de vista diferentes a los propios, es que las sociedades se construyen. Para pedir perdón hay que bajarse de ese pedestal de humo que[…..]
Lo mío es un revuelto raro. Soy argentina, vivo en Colombia y amo toda la filosofía oriental. Buscando, encontré el significado profundo que encierra la palabra Gomennasai, que quiere decir, perdóname, que podría ser una expresión cualquiera, pero que para ellos encierra un deseo de reparación y de arrepentimiento sincero. En estos momentos de mi[…..]