Tiene nombre de cuatro santos, pero ninguno ha logrado enderezarlo. Ni San Luis, ni San Francisco, ni el mismo Niño, ni tampoco Jesús. Debe ser porque hace muchos años en los caminos de su búsqueda se encontró con el nombre de Keshavananda, que, por esas cosas de la practicidad y la pereza, quedó convertido en
¿Qué pensamos los atardescentes de Dios? La espiritualidad está presente en la vida de los seres humanos y se ha convertido en una necesidad en un mundo rápido, intrascendente y superficial. Charla atardescente con Adrián Peláez