Hoy vi una foto de la persona que amo, en un estado de Whastapp. Al principio me impactó, luego me dolió, porque pensé en todo lo que ha pasado, pero luego me llené de felicidad al ver su cara. Incluso le escribí, pero obviamente nunca obtuve una respuesta. Era la primera noticia que tenía en varios meses, luego de que decidiera ignorarme por completo. Ghosting que llaman. Leo a veces lo que escribe en su Twitter, pero nunca sé si lo que escribe es para mí . En el mío, dejo canciones, dejo películas y frases de amor, pequeñas boronas para que no se le olvide el camino de regreso a casa.
He tenido tres grandes amores en mi vida y los tres han terminado antes de lo que hubiera deseado. Todas han sido despedidas dolorosas: una por larga, otra por intensa y otra porque era el amor de mi vida y la pareja con la que soñé envejecer. En todas, la historia se ha repetido: rabia, lágrimas, perdones, persistencia, dolor y al final, la tranquilidad de haberlo dado todo. Cada una ha sido diferente.
No lo dude, hay mucho imbécil opinando de lo que no sabe, sin resolver aún sus propias penas
Hoy, y en medio del dolor que aún llevo, he entendido que si la historia se repite, la solución también. No hay que luchar contra el dolor como dicen los que saben. Tampoco olvidar. Menos denigrar. Por el contrario, la solución siempre será amar el doble y más, ser mejor ex pareja que pareja, escuchar menos a los expertos y nunca a los imbéciles que no saben nada y posan de sabiondos sin haber resuelto sus propias penas.Que fácil es dar soluciones para que el laboratorio se le explote a otro. El corazón sabe más.
Con mis dos primeras ex parejas me funcionó a la maravilla. Lloré lo que tenía que llorar, pedí perdón por mis errores, perdoné lo que me hicieron porque entendí sus circunstancias, aprendí lo que había que aprender y me quedé únicamente con las cosas buenas. Con una me hablo y llevamos una buena relación y a la otra, la recuerdo con cariño y de lejitos.
Como aún conservo la esperanza, conservo los dolores
Con la tercera, ha sido diferente, porque como aún conservo la esperanza, también conservo los dolores. Muchos me dicen – los que saben y los imbéciles- que hay que soltar esos apegos, pensar primero en mí y cerrar ese capítulo. Tienen razón, pero yo lo entiendo diferente, porque para mí la dignidad es intentarlo las veces que sea necesario, sin repetir los errores cometidos. Mi corazón sabrá cuando no haya más que hacer, porque también tengo claro ,que uno solamente debe estar donde es querido.
En ese momento sabré que el amor que siento debe ser guardado en un cajón escondido de mi closet para no sacarlo nunca, si acaso en los trasteos. Y seguir la vida, porque los que lleguen, si es que llegan, podrán no ser los amores de mi vida, pero aprenderé a quererlos con lealtad y con pasión y tú, tal vez serás una bonita foto en un estado de whastapp.