Afortunadamente la vida no tiene VAR, ni repeticiones, ni cámara lenta como en el fútbol, porque siempre se trata de las decisiones que tomamos.
Me duele la cabeza. Hoy es de esos días en que prefiero echar pa`dentro que echar pa`lante. En medio de esta confusión, debo parar. Leo a Elvira Sastre: «Siempre estoy de vuelta porque uno es de donde llora”. En curioso porque en mi computador suena Luther Vandross, “Una casa no es un hogar a menos que tengas a alguien con quien compartir el amor.
Muchos me dicen que me apresuró en las decisiones que tomo, que soy impulsivo. A juzgar por los extractos de mi banco, tienen razón. No tengo nada material, ni me interesa, pero las grandes decisiones de mi vida las he tomado con la cabeza caliente porque siempre han sido basadas en lo que me dice el corazón y hasta ahora no me he equivocado porque he sido feliz. A mi manera, a mi modo, tal vez de una manera que solo yo me entiendo. No hay personas en mi vida que no hayan valido la pena.
Uno se lleva donde va, con sus rotos y sus miedos, sus orgasmos y naufragios, sus destrozos y sus ruinas. Las alegrías son algodón de azúcar, rosado con palito, efímeras, fugaces, breves y precarias que pasan y no vuelven.Hace un año volví de la muerte y puedo decir que al final de la luz siempre hay un túnel. Por eso me prometí vivir la vida de otra manera. Al tope, al día. Y así lo he hecho. Y he sido feliz y no me arrepiento. Tengo fe, creo en Dios y siento que las respuestas me las ha puesto El en mi corazón.
Tomo decisiones porque se ajustan a lo que pienso de la vida, a lo que quiero que me pase y una vez lo hago, es difícil que la cambie. Y por eso lucho, por eso lloro, por eso peleo y por eso busco la manera de arreglarlo a pesar de lo que me digan los demás. No sé si es una pizca de soberbia, pero actuó pensando en lo que quiero. Hace un año me rompieron el corazón- literalmente- y veinticuatro costillas y se me colapsó un pulmón y acá estoy de pie, creyendo en Dios, teniendo fe y luchando por las decisiones que tomé porque creo que aún no es tarde.
Hoy no es distinto. Si tuviera que tomar la misma decisión,no dudaría porque creo que la felicidad y las buenas decisiones poco y nada tienen que ver con el tiempo que nos tomen. (Te) escogería nuevamente. Me volvería a entregar por completo porque así veo la vida. Intentaría, eso sí, equivocarme menos, escuchar más. Sin ego, sin soberbia. Pediría más perdón, agradecería cada gesto, entendería más los miedos de los otros- y los míos-.
En el último año he sido absolutamente feliz. Lo he tenido todo- que para mí es tu cuerpo tibio en la madrugada-. No ha sido fácil encontrarme después de tanto tiempo, cambiar después de tantos años, después de tanta gente buena que perdí sin darme cuenta. Me he rehecho para recoger el agua lluvia, para hilvanar las lágrimas y llantos, para tejer un frío que me arrope para coser una nueva historia que nos sorprenda en la mañana…