El tropel

Hoy es lunes 20 de junio. Es festivo en Colombia. Afuera aun se escuchan los gritos de celebración. A lo lejos, muy lejos, tres disparos y gritos sin sentido.

 

Hasta ahora caigo en cuenta que los pajaritos de mi cuadra se levantan más temprano. Deben estar viejos, porque no hay pajarito joven que se levante antes de las ocho. ¡Puta vida!. Recuerdo que no hay leche. Anoche me tomé la última gota con un bocadillo y medio que quedaba. En la radio, Julio entrevista al nuevo Presidente. Dice que va a gobernar para todos,( el Presidente, no Julio) que es lo que dicen siempre todos. No voté. No pude. Soy argentina. Mi socio no votó. No quiso. Es colombiano.

 

Afortunadamente, todo llega a su fin, porque nada es para siempre.

 

Estoy exhausta. Ese papel de cartomante no me va. Más de un año discutiendo de política, teorizando soluciones, elaborando conjeturas, imaginando complots e intrigas, peleando por un poco de tramposos que al final harán lo de siempre, es decir nada. Cuántas familias fracturadas, cuántas relaciones terminadas, cuántas peleas sin sentido, cuánto tiempo tirado a la caneca. No aprendimos nada. No quisimos. No pudimos.

Afortunadamente, todo llega a su fin, porque nada es para siempre. Por fin terminó esta histeria colectiva, esta neurastenia social, esta excitación precoz. Qué alivio. No se si valió la pena tanta mierda derramada, tanto odio, tanto insulto. Se acabó el tropel. O tal vez solo comienza…

Flore Manfrendi

Ecléctica y bizarra. Codirectora y bloguera

LEAVE REPLY

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *