Los consejos

Dar consejos es una profesión complicada, sobre todo para el que los escucha. Y es que no se trata de enterrar la cabeza en la tierra y en el colmo de la soberbia no escuchar opiniones de otros, y otra muy distinta, vivir la vida según lo que dicen los demás.

 

Eliminemos de tajo a los chismosos y a los metidos, a los malaleche y a los envidiosos, a los lambones y a los resentidos. Ahí ya hemos descartado a media humanidad. Nos queda la otra mitad, compuesta en gran medida por gente para la que no existimos, terapeutas, curas, monjas y pastores. Existe también una porción muy pequeña que nos quieren más o nos quieren menos, nos desean el bien y desean nuestro bienestar, pero se sienten con el derecho universal de decirnos lo que debemos hacer. El círculo se cierra y nos quedamos con personas capaces de decirnos la verdad – que no necesariamente es la que queremos escuchar- de darnos una opinión en perspectiva, analizando los pros y los contras, evaluando todas las opciones, pero que siempre respetarán lo que hayamos decidido.

 

Dar consejos es una profesión complicada, sobre todo para el que los escucha

Todos sabemos cuántos cadáveres tenemos en el closet y cuántos demonios rondan nuestra almohada Por eso, la vida nos enseña que el que se machuca es el que pone el martillo y la puntilla y el que llora o queda alegre es el que pone la cara en la decisión. Estoy convencida que las personas con cordura mediana, siempre saben lo que deben hacer porque son capaces de hacerse las preguntas pertinentes y de seguir lo que dice el corazón que es donde siempre tendremos las respuestas. Cuando piden un consejo, generalmente la embarran, porque uno podrá equivocarse, pero lo ideal es que el resbalón sea por nuestra propia convicción y no por lo que digan los demás.

En relaciones de pareja ajena, en negocios de otros, en acciones de los demás, es fácil decir haga esto o haga lo otro, sin tener todo el panorama y carecer de los contextos, porque generalmente el que pide un consejo siempre da una opinión parcializada  de víctima inocente o de victimario despistado.

 

Un consejo, es una bomba de tiempo que preparamos para que le explote en la cara a otros

 

La opinión y los consejos son distintos. El primero generalmente dice “ desde mi perspectiva la situación se ve así o se ve asá”. El segundo, siempre incluye el verbo hacer: haga esto o haga lo otro, no sea boba, no se aguante, quiérase, etc.

En resumen, yo diría que hay que escuchar todas las voces, ver todas las perspectivas, evaluar todas las opciones, hacerse todas las preguntas y al final dejar que decida el corazón. Esa es mi opinión. O mi consejo.

 

 

Elena Villalba

Me gusta el sexo oral y escrito. Bloguera especialista en la condición humana

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