Un ángel caído del cielo

No sé en qué parte de la cadena alimenticia los hombres entendieron que a nosotros nos gustan los piropos. A mi se me paran las tetas pero no del deseo sino de la rabia.   Odio los piropos callejeros. Son invasivos, denigrantes, deshonrosos, degradantes, vergonzosos. No me gustan los requiebros de los obreros  que hemos […]