Los atardescentes estamos en ese momento delicioso de la vida donde podemos hacer lo que queramos, donde podemos y tenemos el derecho y el deber de no quedarnos con las ganas. Somos seres poderosos, creativos, vitales que sabemos qué queremos, cómo lo queremos y por dónde lo queremos.
La clave del mercado del usado es asumirse como tal, por más engallado que uno se encuentre. Querer pasar como nuevo, no sólo es un error, sino un pasaje al despeñadero. Los usados realistas son ingenuos, pero no tontos, es decir que se acercan con total desaprensión, pero tampoco se dejan meter los dedos a la[…..]