Generic selectors
Coincidencias exactas únicamente
Buscar un título
Buscar contenido
Post Type Selectors

Un grito en la cañada

Una calle cualquiera, de un sitio cualquiera, en un momento cualquiera. Camino como si la vida no importara. En realidad, no. Al fondo en la cañada, un grito ahogado, que no alcanza a ocultar la algarabía del ¡grábala, grábala!.

Yo sigo mi camino como si la vida no importara en una calle cualquiera, de un sitio cualquiera, en un momento cualquiera. Me hago el loco, miro hacia otro lado como he hecho tantas veces, porque mi falta de interés, mi ego, mi soberbia, los he disfrazado de prudencia, de respeto, de cordura y sensatez. Y no. ¡Mírala, mírala! El grito, un reflejo del ser que clama en el abismo y la algarabía, la máscara de una humanidad que prefiere el espectáculo a la esencia.

Ya perdí la cuenta de cuántas personas han pasado por mi vida exhibiendo su dolor y sus heridas, sus gritos y miserias, sus desdichas y estrecheces y yo, o me hecho el loco, o he mirado hacia otro lado, o peor aún, lo he convertido en algo en contra mío. Y no, ni soy el sol, ni el mundo gira en torno mío. Ninguna quería- nadie quiere- que le solucionara la vida, que le diera las respuestas, lo sé. Tan solo una palabra de consuelo, un silencio atento, una mano amiga, un gesto de amor. Me ofrecieron su dolor y no lo vi. Y por eso se fueron, siguieron su vida buscando una grieta por donde se les colara un rayito tenue de luz.

Yo mismo he sido ese grito en la cañada pidiendo auxilio, solicitando consuelo, necesitando un silencio atento, un gesto de amor y las personas a mi lado se hicieron las locas, miraron hacia otro lado o lo convirtieron algo en contra suyo. No quería que nadie me solucionara mi vida, ni que me diera las respuestas. Les ofrecí mi dolor y no lo vieron. Yo mismo no me vi por estar mirando hacia otro lado. Por eso  hoy estoy intentando caminar buscando una grieta por donde entre un tenue rayo de luz.

Un mundo absurdo, fatal e inadmisible donde importa más un video de Tik Tok, que salvar la vida de alguien que se ahoga, donde importa más construir un personaje que no somos que decir la verdad sin vacilar, donde importa más mirarnos al espejo y decirnos lo bonitos que hemos sido, que aceptar nuestros errores, donde importa más repartir una migaja que compartir una borona.

Tal vez llegó el momento de caminar por esa calle cualquiera, de ese sitio cualquiera, como si la vida sí importara. Incluso la ajena. Una palabra que no juzgue, un silencio que acompañe, una mirada que no huya, una mano que no tiemble. Caminar ya no como un autómata ciego, sino como un ser que sabe que l grito que soy y el grito que oigo son uno solo. La calle sigue siendo cualquiera, pero el sentido que le doy la transforma. La vida importa cuando decido que el otro importa, cuando el grito en la cañada deja de ser ruido y se vuelve un llamado.

LEAVE REPLY

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *