Una jirafa en un auto de dos puestos

Esta es la historia de una jirafa intentando entrar en un coupé. Los jesuitas, expertos en casi todo, genios adelantados de la vida dicen que debemos ser como la jirafa, con el corazón gigante y la mirada larga y profunda.

¿Las historias se cuentan? ¿Se viven? ¿Se sienten? ¿Pasan? ¿se inventan? ¿Se sueñan? ¿Son delirios? ¿alucinaciones? ¿A dónde van las que no se dicen? ¿Existen?

Tal vez nunca lo sepamos. O sí. El caso es que las cosas no tan buenas terminan siendo buenas. A veces pesa más la lluvia que todo el frío y de la bosta sale un champiñón.

 

La vida es sabia. Nos da la razón para hacernos las preguntas, pero nos da el corazón para encontrar las respuestas

 

El vértigo, el mareo, el aturdimiento, el vahído tocaron mis puertas y sin embargo estoy en pie, con el culillo por las cosas que vendrán y el agradecimiento por las cosas que pasaron. La vida es sabia. Nos da la razón para hacernos las preguntas, pero nos da el corazón para encontrar las respuestas. Una cosa es la sanación y otra el alivio.

El dolor se fue, la tristeza ya viajó. Volver a confiar es la manera antigua de sanar. Conocí el trueno, vi la luz del rayo y ya voy en aguacero. Los que son, los que están y los que fueron.  Es tiempo de callar los ruidos. De amar sin esperar. Pero me aguzo. Me espabilo. No tengo inmunidad. Estoy vivo. Cualquier cosa puede pasar, pero estoy mamado que sea cualquier cosa. Nunca más.

Por eso viajo en un carro de dos puestos. En mi corazón caben mis hijas, mis sueños y deseos, mis amigos, los amores que iluminaron mi existencia, mis lágrimas, mis emputes, mis errores y mis caídas. Mis libros y mis canciones. Y las cosas, porque las cosas no son tan solamente cosas, sino que están llenas de personas y sus cosas. Son lo que los poetas llaman recuerdos En la vieja cassetera  suena  “Zona de promesas”. Yo. Me basto. Me sacio, me empacho. La abundancia, dicen. Más que suficiente. Menos que suficiente.

Al lado una silla con ventana, para viajar acompañado. Para que entre el aire. Incluso para huir. Para que se cuele la envidia de los otros y que no nos toque. Para vivir como los gatos que se juegan, que se tocan, que se aruñan, que se lamen.

2024, además del año del dragón, será bisiesto. No sé bien qué significa, pero quiero creer que será algo bueno. Ahora suena “Hojas rotas” de La Tifa, mientras leo una frase en internet de Amos Oz, Premio Príncipe de Asturias y eterno candidato al nobel: “A medida que las preguntas se vuelven más difíciles y complicadas, también aumenta el ansia de más y más personas por obtener respuestas sencillas, respuestas de una sola frase, respuestas que señalen sin ninguna duda a los culpables de todos nuestros sufrimientos, respuestas que nos aseguren que, si aniquilamos y exterminamos a los malvados, al instante desaparecerán todos nuestros problemas”.

No sé si será el carro. O la jirafa. O tal vez el corazón…

 

 

 

 

Mauricio Lievano

“Me gustan los juegos de palabras. En realidad más los juegos que las palabras”. Fundador de Atardescentes

COMMENTS

  1. Avatar

    Gracias! Lo disfrute!
    “Yo me basto”, me encanto en palabra e imagen.

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