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La guerrilla de los curas

La historia del ELN, es la historia de la utopía que se devora a sí misma. Lejanos están los días de la primera toma a Simacota  liderados por los hermanos Vázquez Castaño- Manuel y Fabio-  y Víctor Medina Morón, casi como un acto reflejo y una copia criolla de la revolución cubana. Hoy, esa guerrilla no existe y es casi una confederación de mafiosos dispuestos a todos. La situación del Catatumbo es prueba de ello

Desde sus inicios, el ELN se definió como marxista – leninista, línea guevarista. En resumen, un coctel con un poquito de Marx, otro poquito de Lenin, unas gotas de Che Guevara, una pizca de castrismo y mucho de arrechera  santandereana. Otro elemento fundamental para entender al ELN de ese entonces, es la llamada Teología de la Liberación fundada por el cura peruano Gustavo Gutiérrez y por el brasilero Leonardo Boff. Esta tendencia define al evangelio como la opción preferencial por lo pobres. Es por ello que no resulta extraño, que muchos sacerdotes hayan hecho parte de sus filas, como el cura Manuel Pérez, quien fue su ideólogo y su líder durante mucho tiempo, Domingo Laín y el mismísimo Camilo Torres, convertido en mártir con un fusil entre las manos y una barba casi hasta el ombligo.

En enero de 2025, se informó que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) cuenta con alrededor de 2.350 combatientes y más del doble de milicianos urbanos. El ELN tiene presencia en los departamentos de Colombia de Arauca, Chocó, Norte de Santander y Nariño. También opera en algunos departamentos del centro y occidente del país, como Antioquia, Bolívar, Cauca, Valle del Cauca y Vichada. El ELN también tiene presencia en Venezuela, en los estados de Apure, Amazonas, Táchira y Zulia.

Luego  del descalabro de los primeros líderes ( de Manuel no se sabe si murió y de Fabio se dice que deambula por las calles de la Habana), tomó el liderazgo el Cura Pérez, caracterizado por su carácter fuerte y sólido y por su intransigencia al negociar. Una vez este murió, tomó el mando, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, quien pertenece a esta guerrilla desde que era un niño de 12 o 13 años y ha promovido bajo su liderazgo una agenda nacionalista y centrada en el control de los recursos naturales.

Durante mucho tiempo, los elenos optaron por pegarle al tubo petrolero y a exprimir a las compañías extranjeras a través de vacunas para evitar el secuestro y la extorsión, lo que les ha permitido sobrevivir con un  bajo perfil, que definitivamente han empezado a elevar con miras a un proceso de negociación con el gobierno, a través de secuestros de periodistas y de acciones armadas y sangrientas. De hecho, este no es el primer intento de negociar con  el ELN porque ya lo hicieron los gobiernos de  Belisario Betancur,  César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana ,Uribe y Santos  lo que dice un poco de la seriedad de su intención de dejar las armas.

La creciente presión sobre el grupo llevó a los comandantes del ELN a replantear sus estrategias financieras, militares y políticas en diversas partes de Colombia. Varios frentes del ELN se aventuraron hacia nuevas economías criminales, como el narcotráfico y la minería ilegal, que se convertirían en fuentes de ingresos cruciales para el grupo guerrillero.

Aunque en un principio el ELN se opuso a involucrarse directamente en el narcotráfico, la transformación del conflicto armado colombiano y el debilitamiento de la guerrilla llevaron a varios frentes a implicarse en el cultivo de coca. A medida que Venezuela empezó a desempeñar un papel cada vez más central para la insurgencia colombiana, los altos mandos decidieron trasladarse al país vecino.

El ELN comenzó a operar como una guerrilla binacional. En Colombia, sigue centrado en controlar territorio, luchar contra el gobierno y construir bases políticas, todo ello en nombre de su tradicional revolución. En Venezuela, las simpatías ideológicas del ELN y sus alianzas estratégicas con el gobierno de Maduro lo han llevado a funcionar como un grupo paramilitar, coordinando operaciones con las fuerzas de seguridad, interfiriendo en las elecciones y ayudando al gobierno a controlar zonas clave. El ELN tiene una estructura confederada, en la cual sus frentes de guerra mantienen cierta independencia operativa y financiera. En cuanto a las decisiones políticas de la guerrilla, cuentan con un órgano de dirección llamado Comando Central (COCE), compuesto por cinco comandantes que se encargan de tomar las decisiones más importantes del grupo.

Luego está la Dirección Nacional (DINAL), un órgano integrado por 23 representantes elegidos por los ocho frentes de guerra, los cuales, a su vez, están liderados por un comandante, un cabecilla político y un cabecilla militar.Actualmente, Eliécer Erlinto Chamorro, alias “Antonio García”, es el comandante en jefe de la guerrilla, acompañado en el COCE por Israel Ramírez Pineda, alias “Pablo Beltrán”, el comandante político y jefe negociador; Rafael Sierra, alias “Ramiro Vargas”, el comandante encargado de los asuntos internacionales; Jaime Galvis Rivera, alias “Ariel”, el comandante financiero, y Aníbal Giraldo, alias “Pablito”, el encargado de las relaciones entre el COCE y los frentes de guerra.

Como sea y aunque Fidel Castro se haya muerto, la revolución cubana agonizando y Camilo  Torres no  sea más que un recuerdo y el nombre de un colegio, el ELN ha logrado, una vez más sentar a otro gobierno y para ello se ha dedicado en  los últimos dos meses a mostrar los dientes para ganar posiciones en la mesa. Falta ver si es gruñido de perrito pequinés o mordisco de rotweiller.

COMMENTS

  1. Gracias, clarito y sin tanto rodeo .

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