A muchos nos dicen masonería y salimos corriendo. Tal vez por secreto, tal vez por oculto, tal vez por poco popular, tal vez por su espíritu casi clandestino, el tema de la masonería en Colombia y en el mundo, despierta cierta angustia y es como una especie de mito urbano aunque tiene más de tres siglos de existir como se relata en las novelas de Dan Brown ( El Código da Vinci y Ángeles y Demonios)
Desde su nacimiento en Inglaterra, sus fundadores le imprimieron ese sello. En uno de los documentos en los cuales se encuentran los fundamentos de la masonería, los Antiguos Límites o Landmarks, se dice que “la masonería es una sociedad secreta y se le exige a todos sus miembros el secreto inviolable de todo cuanto hayan visto, oído o descubierto en ella. Además, es una sociedad en la cual hay una cierta cantidad de conocimientos que se comunican solamente a aquellos que hayan pasado por una forma de iniciación establecida, siendo la forma en sí misma oculta y misteriosa”. “.
El tema de la masonería en Colombia y en el mundo, despierta cierta angustia
Los masones, por supuesto, la tienen clara. Para ellos su fraternidad es una sociedad filantrópica, filosófica y progresista, en la que es difícil encontrar un pobre. Una logia. Sus objetivo son la exaltación y el perfeccionamiento de las más elevadas virtudes humanas. Y sus principios se basan en los ideales de Libertad, Igualdad y Fraternidad. Creen firmemente que el hombre puede alcanzar su realización a través de la Ciencia, la Justicia y el Trabajo (trilogía que constituye su lema).
No son, ni muchos menos, una entidad de beneficencia. No son una religión e incluso en su seno se acogen a prácticas religiosas diversas. No son un club, ni una asociación de señoritas de la caridad, no son ni siquiera una escuela filosófica, ni un dogma. O tal vez es un poco de todo eso.
Para los masones, lo suyo es una sociedad filantrópica, filosófica y progresista, en la que es difícil encontrar un pobre.
En el mundo, personajes como Napoleón, Bolívar, Churchill, Reagan, pertenecieron a alguna logia. En Colombia existe una gran tradición masona, asociada al poder. De hecho, presidentes como Eduardo Santos, Alberto Lleras, Darío Echandía o políticos como Horacio Serpa, Alberto Santofimio, fueron masones y otros como Ernesto Samper, Virgilio Barco y César Gaviria, que sin serlo mantuvieron estrecha cercanía. La nueva Procuradora, Margarita Cabello, es una mujer reconocida dentro de los masones colombianos.
Como sea y a pesar de los temores, la masonería es un fuerza poderosa que mueve muchos de los hilos del mundo