La teoría del caos

 

Hay amores difíciles que van cogiendo cara de imposibles. Se hacen y se deshacen. Se tejen y se deshilachan. Van y vienen. A veces, parecen que sí y a veces parecen que no, porque una cosa es recaer y otra, rebotar. Juegan con fuego. Siempre creen que habrá un mañana, pero a veces el cálculo les falla.

Los de afuera, pontifican y aseveran. Se les llena la boca criticando, como si sus miserias fueran pocas. Tóxicos los llaman, inmaduros les dicen y no saben nada, lo ignoran todo porque el olor de sus propias desdichas les nubla el pensamiento. El tiempo va poniendo todo en su lugar. Los cercanos que les sonríen cuando están juntos, los vuelven invisibles cuando toman la decisión- definitiva o temporal- de separarse. Los lejanos no lo entienden.

 

“Ojalá algún día coincidamos en otras vidas , ya no tan tercos , ya no tan jóvenes, ya no tan ciegos ni testarudos , ya sin razones si no pasiones , ya sin orgullo ni pretensiones , ojalá .

Charles Bukowski

Y es que nadie puede decir que lo intentan poco, pero como en la teoría del caos, cualquier pequeño cambio puede generar grandes turbulencias insondables. Cuando se cree que van bien, de un momento a otro pasa algo que lo jode todo.  Y es que el problema de esos amores complicados es que no se conforman con migajas ni con sobras ni con boronas. Lo entregan todo y por eso esperan todo. Al final pueden quedarse incluso con la nada, porque no aceptan menos que la abundancia y el derroche.

Pueden incluso estar tranquilos pero nunca están en paz porque cada día es una eterna guerra, que los mueve y los impulsa. Son amores imperfectos, si se quiere, abollados y maltrechos de los golpes que han sufrido. Se quieren más de lo que creen pero menos de lo que necesitan. Como dice Sabines en sus Amorosos, “les preocupa el amor, viven al día, no pueden hacer más, no saben. Siempre se están yendo, siempre, hacia alguna parte. Esperan, no esperan nada, pero esperan. Saben que nunca han de encontrar. El amor es la prórroga perpetua, siempre el paso siguiente, el otro, el otro”.

En ellos se huele el amor porque la humedad no es una gotera, sino las ganas de  decirse y de hacerse. Es un amor que nadie entiende – ni siquiera ellos – y por eso ruedan errabundos por la vida dando tumbos.

 “Algún día encontraremos lo que estamos buscando. O quizás no. Quizás encontremos algo mucho mejor.”

Julio Cortázar

Se despiden muchas veces. Sí, porque el amor se les escapa por la noche, pero vuelve sonriente al otro día como un gato sinvergüenza. Incluso se llegan a odiar a sorbitos, pero al final, una y otra vez vencen su ego y su soberbia. Y por eso lo intentan y lo vuelven a intentar, las veces que juzguen necesario, hasta que se mueran de vejez o de deseo en una tibia cama, porque según Octavio Paz, “un mundo nace cuando dos se besan”. Cuando esos dos se besan, digo yo…

Mauricio Lievano

“Me gustan los juegos de palabras. En realidad más los juegos que las palabras”. Fundador de Atardescentes

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