La vida siempre nos plantea el dilema de qué hacer cuando estamos en las horas bajas. Los atardescentes somos expertos en tropezar, caernos, limpiarnos las heridas y volvernos a parar.Tal vez solamente se trate de encontrar el poder curativo del fracaso, del reintento, del volverlo a hacer, sin repetir ningún error.
Las segundas oportunidades tienen su encanto, por lo que tal vez de lo que se trate es de saber hacer el hechizo.