Sin embargo, la verdad verdadera es que carecemos de uno, aunque ese es un lastre que llevamos desde hace mucho tiempo, porque los que han llegado, no han pasado de ser tipos grises, casi inanes.

En mi opinión, necesitamos alguien que esté por encima del bien y del mal, que no polarice, porque ya estamos mamados de peleas, que no llegue allá a robar, que sea capaz de construir sobre lo construido y no nos venga con el cuento que toca empezar de cero, que sea capaz de trabajar en equipo y sobretodo de dirigirlo, que no le guste la vitrina y entienda que más que cuidar la imagen, lo importante es resolver nuestros problemas.

Lo que estamos necesitando es un verdadero líder y lo necesitamos urgentemente porque los que tenemos son todos tipos grises

Que sea colombiano ayuda, porque en teoría debería conocer el medio para no llegar a improvisar. Debería también saber qué agua lo moja, a quién es importante darle juego, quién es quién en la prensa y en general en el país, quiénes son los que juegan casi de espías y quiénes son los pocos que van de frente, quiénes los divos y quiénes los obreros. Tiene en contra, que acá la mayoría le tienen la cuerda pisada y para llegar tendrá que deber muchos favores y para completar, tendrá que aguantarse la perorata de los que fueron y ya no son, de los que quisieron ser y no pudieron y sobre todo, tener el carácter suficiente para practicar el juego limpio.

De extranjeros, hay muchos que podrían ser, pero de eso mejor ni hablar, porque nuestra Constitución nos lo prohíbe y nos tocará aguantarnos presidente colombiano.