Bogotá es una de las ciudades más bonitas que conozco. Sus montañas le dan un marco inigualable. Es una gran metrópoli, con una arquitectura moderna, una oferta gastronómica variada y una gran movida nocturna. Sin embargo, de a poquitos, Bogotá se está convirtiendo en una ciudad invivible, inviable, inmamable, imposible, donde el riesgo acecha