Subo la escalera. Huele a orines. Está sucia como la gran mayoría de los puentes de las estaciones de Transmilenio. Me toca de escalón en escalón, muy despacio para que no me duela el pecho. Un rappitendero pasa veloz. Hoy no están los vendedores de audífonos, arepas, ropa, tapabocas, libros, baratijas, matas, cuarzos y otras […]