Mi último recuerdo fue el de una tarde fría. Llovía. Al principio fueron unas pequeñas gotas tímidas y luego, un aguacero descomunal. El sabía bien que yo odiaba que se me mojara mi pelo indomable e indómito.Una bobada casi infantil de mi propia vanidad. Maricadas. Teníamos apenas una sombrilla pequeñita, de esas en las […]