Los hombres somos especialistas en evitar tres cosas: preguntar direcciones, decir que necesitamos ayuda y, claro, ir al médico. Pero hay un momento en la vida en el que toca enfrentarse a una verdad científica y contundente: después de los 50, la próstata manda. Ahí estamos , en la sala de espera del consultorio, rodeados[…..]