En las calles polvorientas de Tumaco, allá donde el Pacífico colombiano abraza la tierra con su brisa salada, Willington Alfonso Ortiz Palacio, conocido cariñosamente como el Viejo Willy, vino al mundo un 26 de marzo de 1952. En ese rincón del Nariño, donde las olas cantan y los niños juegan descalzos, Willy encontró su primer
Bajo el cielo opaco de abril, en un rincón deAntioquia, la vida de Sara Millerey González Borja se apagó como se apaga una vela en medio de un vendaval: con violencia, con saña, con la indiferencia de un mundo que sigue mirando hacia otro lado. El pasado 4 de abril de 2025, en Bello, Antioquia,[…..]
Una mañana cualquiera —que pudo haber sido martes, pero él no lo recuerda— Alberto se despertó sintiéndose distinto. Ni peor ni mejor. Distinto. Se miró al espejo y ahí estaba: el mismo hombre de siempre, solo que con menos cejas, más ojeras y un humor de perros que ni el café lograba domar. El bigote,[…..]
Si algo nos enseñó el COVID-19 es que el tiempo es un señor caprichoso: corre como liebre cuando estás encerrado mirando el techo, pero se arrastra como tortuga cuando intentas olvidar. Aquí estamos, en abril de 2025, y el bicho sigue dando vueltas, aunque ya no como el monstruo de tres cabezas que nos tuvo[…..]
No es ni mucho menos un whisky popular, ni barato. Incluso muchos creen que ni siquiera es whisky sino bourbon por su método de destilación. El caso es que es uno de los tragos más famosos por su presentación y sabor en los Estados Unidos y en muchas partes del mundo. En Colombia, es el[…..]
No había otra forma de morir. Para un tipo, nacido en Ponce Puerto Rico, la muerte le llegó de la forma en que le tenia que llegar, luego de una vida de excesos y de rumba, de locura sin igual y fue tal vez la única cita a la que llegó en forma puntual. Nacido[…..]
Hay días en que el mundo pesa como si alguien hubiera dejado caer un saco de arena sobre los hombros. Te sientas en el patio, o en el balcón, o donde sea que vayas a mirar el cielo cuando no sabes qué más hacer, y de pronto sientes que no estás tan solo como creías.[…..]
Los atardescentes estamos de moda porque hemos perdido el miedo a envejecer o porque nos hemos vuelto descarados o porque hemos entendido que las arrugas tienen su lado sexy. Es claro que la madurescencia nos ha ayudado a salir del closet donde nos dejamos arrinconar por una sociedad que todo lo considera desechable, reemplazable y[…..]
A los 50, la vida empieza a parecerse a esas fotos en blanco y negro que guardan los abuelos: tiene su encanto, pero los detalles se desgastan. En Colombia, para quienes ya cruzamos ese umbral ,vacunarse no es un capricho de médico. Es un blindaje contra enemigos silenciosos que acechan más a esta edad. En[…..]
En la penumbra de un país que aún cargaba el peso de sus siglos, cuando los atardeceres se mecían entre el rumor de los ríos y el eco de las campanas, algo comenzó a agitarse. No era el fragor de los fusiles ni el crujir de las carretas en los caminos de herradura, sino un[…..]