Jugar con las palabras es casi tan antiguo como el hombre mismo, tal vez solamente superado por el fuego y por la envidia. El hombre creo las palabras para decirse, para sentirse, para hallarse y por eso, los juegos de palabras resultan ser un arma no convencional, tan de moda en estos días.
Hablar en forma literal o hacer calambures y maromas con las frases, se parecen tanto como tener sexo y hacer el amor o como decir un chiste y tener buen humor. Se requiere un nivel mayor de elaboración, de entendimiento y de sintonía porque las personas que lo perciben son aquellas que están situadas en una misma amplitud de onda, como dicen los expertos radionautas. Para los que no lo descubren, no pasan de ser tonterías con las cuales se pierde el tiempo.
Los juegos de palabras se parecen al amor y al buen humor
Hay de muchos tipos: trovas, adagios, coplas, refranes, rimas, haikús, aforismos, mantras, escolios o greguerías, entre muchos otros. Las trovas, los adagios, los refranes y las coplas son de corte popular, que le apuestan al doble sentido y al costumbrismo. Las rimas se acercan a la construcción de textos poéticos y es casi una tarea de expertos, lo mismo que los haikús, que es un tipo de poesía japonesa. Los aforismos, por su parte son declaraciones que pretenden expresar de manera concisa y coherente una idea o una sentencia. Fueron muy usados por los griegos, especialmente Esquilo, Píndaro, Hipócrates y Heráclito.
Las mantras, por su parte, tienen su origen en el sanscrito y hacen parte fundamental del hinduismo y el budismo. Son palabras o frases que dentro de la creencia que se practiquen tienden a tener un efecto místico. En estas religiones, los mantras se repiten en forma sistemática pero no de manera automática e inconsciente, sino que por el contrario, se hacen como parte de un proceso de oración y crecimiento espiritual.
Los mantras tienen un alto contenido espiritual
De otra parte, los escolios son notas breves, criticas e irreverentes sobre temas diversos. En Colombia, su principal cultor fue Nicolás Gómez Dávila, un escritor y filósofo, critico de la realidad moderna y de la sociedad en general. A pesar de ser católico practicante, su obra está marcada por el escepticismo, traducido en el humor y la ironía. La obra de Gómez Dávila consta de dos libros en prosa Notas y Textos, Escolios a un texto implícito, Nuevos escolios a un texto implícito y Sucesivos escolios a un texto implícito.
Finalmente están las greguerías, un género, cuya autoría se le atribuye al escritor español Ramón Gómez de la Serna. Se tratan de frases cortas llenas de humor y de sarcasmo, de ironía y sátira, de mordacidad e ingenio. Gómez de la Serna las definió como la suma entre el humor y la metáfora. La base de las greguerías es la construcción de una imagen, bien sea por asociación o por recuerdo. Igualmente se apela a la deconstrucción de las frases a través de la contraposición de manera enrevesada de frases que para las personas del común suelen ser de uso común.
Por su estructura, las redes sociales suelen ser un buen lugar para encontrarlas en medio de tanta critica, tanto odio y tanta bobería. Como sea, los juegos de palabras están ahí, pasean por el aire como un columpio que busca quién lo empuje.
Nota: en Atardescentes tenemos nuestros propios juegos de palabras:Los mantras vintage ( Insomnio, El suspiro del elefante, Nacido tarde y Locos y cuerdas, así como nuestra cuenta en Instagram)