Son tan viejos, que ya la mayoría de sus fundadores se han muerto de viejos y aún así siguen siendo una piedra en el zapato. Lejanos están los días de la primera toma a Simacota liderados por los hermanos Vázquez Castaño – Manuel y Fabio- y Víctor Medina Morón, casi como un acto reflejo y una copia criolla de la revolución cubana.
Desde sus inicios, el ELN se definió como marxista – leninista, línea guevarista. En resumen, un coctel con un poquito de Marx, otro poquito de Lenin, unas gotas de Che Guevara, una pizca de castrismo y mucho de arrechera santadereana. Otro elemento fundamental para entender al ELN, es la llamada Teología de la Liberación fundada por el cura peruano Gustavo Gutiérrez y por el brasilero Leonardo Boff. Esta tendencia define al evangelio como la opción preferencial por lo pobres. Es por ello que no resulta extraño, que muchos sacerdotes hayan hecho parte de sus filas, como el cura Manuel Pérez, quien fue su ideólogo y su líder durante mucho tiempo, Domingo Laín y el mismísimo Camilo Torres, convertido en mártir con un fusil entre las manos y una barba casi hasta el ombligo.
La mayoría de sus líderes se han muerto de viejos, sin ver su sueño hecho realidad
Actualmente el ELN es la segunda guerrilla de Colombia y según cifras oficiales cuenta con unos 2.500 combatientes y su zona de influencia está en las zonas mineras y petroleras del país. Según un reporte de la ONG Paz y Reconciliación, especializada en el conflicto armado, el ELN es fuerte en el departamento de Arauca y Norte de Santander , además de las regiones de Casanare y Chocó.
Luego del descalabro de los primeros líderes ( de Manuel no se sabe si murió y de Fabio se dice que deambulaba por las calles de la Habana hasta su muerte el año pasado), tomó el liderazgo el cura Pérez, caracterizado por su carácter fuerte y sólido y por su intransigencia al negociar. Una vez este murió, tomó el mando, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, quien pertenece a esta guerrilla desde que era un niño de 12 o 13 años y ha promovido bajo su liderazgo una agenda nacionalista y centrada en el control de los recursos naturales.
Si para las Farc, durante mucho tiempo, el narcotráfico fue su principal fuente de financiación, los elenos optaron por pegarle al tubo petrolero y a exprimir a las compañías extranjeras a través de vacunas para evitar el secuestro y la extorsión, lo que les ha permitido sobrevivir con un bajo perfil, que definitivamente han empezado a elevar con miras a un proceso de negociación con el gobierno, a través de secuestros de periodistas y de acciones armadas y sangrientas. De hecho, este no es el primer intento de negociar con el ELN porque ya lo hicieron los gobiernos de Belisario Betancur, César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y el del hoy flamante senador, Álvaro Uribe y de Juan Manuel Santos, lo que dice un poco de la seriedad de su intención de dejar las armas.
Como sea y aunque Fidel Castro se haya murió convertido en un viejito gaga y Camilo Torres no sea más que un recuerdo y el nombre de un colegio, el ELN ha logrado, una vez más poner a pensar qué hacer con ellos y por eso se dedica de vez en cuando a mostrar los dientes para ganar posiciones en la mesa. Falta ver si es gruñido de perrito pequinés o mordisco de rotweiller.