Out of the box

Yo me debato a diario entre la resurrección, la reencarnación, el renacimiento o la memoria de los otros. Las primeras son básicamente concepciones religiosas en torno a lo que pasa después de habernos muerto y tienen que ver con la fe. La última, con la trascendencia y con lo que uno hace con su vida.

 

Para ser inolvidable, se necesita de la memoria de los otros, en los recuerdos que dejemos. Nos gastamos la existencia intentando volvernos importantes para alguien, trascendentes para algo. Es la utopía que nos mueve. Y por eso intentamos formas y caminos. Y ahí nos enredamos, porque generalmente tomamos los atajos que terminan siendo los caminos más extensos.

Para ser inolvidable se necesita la memoria de los otros

Le apostamos a lo banal y lo fútil, a lo etéreo y lo trivial. Nos gusta lo distinto, pareciéndonos a otros y por eso, siempre fracasamos, porque los demás son los demás y nosotros los nosotros.

Desde niños nos van moldeando lo que somos. La escuela, la familia, las concepciones religiosas. Y así nos va. Terminamos todos parecidos, igualitos, moldes de otros. Y es que algo va del eclecticismo – en el cual creo- a la copia descarada. Todos, somos pedacitos de otros, pero la belleza está en juntarlos de una forma singular. Alma, la llaman algunos.

Nos gusta lo distinto, pareciéndonos a otros y por eso, siempre fracasamos

La cosa de simple, se vuelve complicada. Out of the box, la llaman los gringos. Pensar fuera de la caja, masticar diferente las cosas que nos pasan, rumiar e forma desigual nuestra vida cotidiana. La vida nos dotó la capacidad de ser distintos, pero nos empeñamos en parecernos. Somos únicos, porque lo bueno o lo malo son cartelitos que nos cuelgan los demás. Ser lo que somos, es la única posibilidad de ser incomparables y entonces podremos dar y recibir sin culpa alguna, deshacernos de las costras y la mugre, amar y decir lo que sintamos, creer lo que nos venga en gana. Y no joder a nadie.

Seremos pues inolvidables, porque siempre habrá alguien que lo entienda y nos recuerde cuando nos hayamos despedido . Que reencarnemos o resucitemos no será tan importante…

 

 

  • Gracias Manolo Zota y Carlos Zagarra que me enseñaron el término.
Mauricio Lievano

“Me gustan los juegos de palabras. En realidad más los juegos que las palabras”. Fundador de Atardescentes

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