Polvo en el viento

Mi último recuerdo fue el de una tarde fría. Llovía. Al principio fueron unas pequeñas gotas tímidas y luego, un aguacero descomunal.

 

El sabía bien que yo odiaba que se me mojara mi pelo indomable e indómito.Una bobada casi infantil de mi propia vanidad. Maricadas.

Teníamos apenas una sombrilla pequeñita, de esas  en las que solamente cabe uno para no cubrirse nada. A él no le importó dármela para evitar que me mojara. Así era él. Tosco, gruñón, callado, pero siempre tenía ese  tipo  de detalles. Era su forma de decirme que me amaba.

 

El sabía bien que yo odiaba que se me mojara mi pelo indomable e indómito.

 

Esa tarde ya lejana nunca la borré de mi memoria, menos hoy que ha vuelto a llover, porque en esta  ciudad  llueve cada día, todos los días a cualquier hora. Como en la vieja canción de Kansas, cierro los ojos solo por un momento y  el momento se ha ido.Todos mis sueños pasan ante mis ojos, una curiosidad.Polvo en el viento.Todo lo que somos es polvo en el viento.

El se fue hace dos meses como se había ido varias veces porque nuestro amor nunca fue sencillo. Íbamos y veníamos, veníamos y nos íbamos. Nadie lo entendía, tal vez ni nosotros mismos. Él era difícil. No imposible. Yo era posible. No fácil.

 

Dos buenas personas no hacen necesariamente una buena pareja

 

Y lo intentamos, lo intentamos muchas veces y cada vez siempre creímos que sería para siempre.Sin embargo, dos buenas personas no necesariamente hacen una buena pareja. Nunca ha sido falta de amor. Tal vez todo lo contrario. Yo con mis celos y mis gritos y él con sus silencios lacerantes que rayaban en el insulto. Absurdo, incoherente, desatinado e insensato para dos personas que siempre se han amado. Hacíamos el amor como ninguno y nos llenábamos de cariños y de mimos y al mismo tiempo podíamos estar gritando por cosas sin sentido.

Nos hemos llorado a mares.Confiamos en que  tendremos una nueva oportunidad, pero a veces en esa ruleta rusa, la bala cae en el tambor y entonces seremos otra vez polvo en el viento.

Afuera llueve y sin él hace un frío el hijueputa

Flore Manfrendi

Ecléctica y bizarra. Codirectora y bloguera

LEAVE REPLY

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *