Ser consultor

En estos tiempos que nos corren de pandemia y edadismo, la consultoría es un recurso y una opción para muchos atardescentes, pero así como no toda venta multinivel es emprendimiento, no todo consejo es consultoria.

 

Un consultor no es:

 

  • Un vendehumo, un mago con soluciones prefabricadas, aplicables a todas las empresas.
  • Así como Pelé o Maradona nunca fueron buenos técnicos, ni los mejores mentalistas se ganan el Baloto cada semana, ni los sexólogos más prestigiosos están exentos de tener problemas en la cama, no todos los consultores tienen la obligación per se, de ser empresarios exitosos. Su habilidad no está en tener fama y dinero, sino en saber comunicarlo a los demás.
  • Un amigo más de las personas que lo contratan, dispuesto a decirles sí a todo, a no llevarles la contraria, a darles la razón. No es( no debe serlo) un zalamero, un lamebotas dispuesto a quedar bien, con tal de que le paguen el contrato.
  • Un sabiondo para el cual todo lo que existe está mal hecho y para el cual la vida se partió en dos: antes de él y después de él.
  • Un vampiro. Un negociante para el cual el desarrollo de una consultoría es el trampolín para la siguiente.
  • Un desempleado con amigos que ve en esta actividad una forma rápida de hacer dinero mientras consigue otro trabajo.
  • Un loco incapaz de proponer soluciones reales y posibles, coherentes con la realidad de la organización que lo contrata.

No toda venta multinivel es emprendimiento, ni todo consejo es consultoria.

Por el contrario, un consultor es:

 

  • Ante todo, un profesional serio y respetable, que ha hecho de la consultoría su verdadera vocación y como tal la asume.
  • Un conocedor del tema que va a apoyar, capaz de proponer visiones diferentes, de trabajar en equipo, de escuchar y entender los problemas, sin prejuicios y sin soluciones prefabricadas.
  • Un consultor debe ser en esencia un disruptor, es decir una persona capaz de ofrecer una mirada distinta a un problema concreto.
  • Un coach desprovisto de egos y de ínfulas de divo para quien lo más importante es visualizar la solución a los problemas y estructurar el trabajo en equipo con los profesionales de la empresa con la que desarrolla esa labor.
  • Un profesional ordenado y metódico, que trabaja de acuerdo con un plan, un cronograma en busca de la consecución de una meta plenamente definida.
  • Por más identificado que se esté con la empresa que lo contrata, un consultor no debe perder de vista el hecho que no es un empleado más. Es un elemento externo a la organización, lo que le permite una visión periférica de los problemas.

 

Una reflexión final: hay que entender que una consultoría debe ser el último recurso. Muchas empresas corren en busca de una solución externa cuando esta se encuentra muchas veces en el trabajo de los profesionales que ya tiene contratado. Se suele valorar mucho más las opiniones de un extraño que las de las personas que conviven a diario con los problemas. Muchas veces lo que se necesita es incentivar a las personas a ofrecer soluciones diferentes, miradas desde otra perspectiva y abrir la posibilidad de discutir nuevas ideas.

Mauricio Liévano

“Me gustan los juegos de palabras. En realidad más los juegos que las palabras”. Fundador de Atardescentes

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