De un tiempo para acá he descubierto el placer de reírme solo, tanto, que me sorprendo yo mismo, porque durante mucha parte de mi vida he cargado con el estigma y la mancha de mi malparidez constante. En realidad, triste nunca he sido, sino que tal vez mi alegría no se parece a la de
Hay amores difíciles que van cogiendo cara de imposibles. Se hacen y se deshacen. Se tejen y se deshilachan. Van y vienen. A veces, parecen que sí y a veces parecen que no, porque una cosa es recaer y otra, rebotar. Juegan con fuego. Siempre creen que habrá un mañana, pero a veces el[…..]