En la esquina de la Calle 13 con la Avenida Silencio se sentaba cada mañana un hombre de barba rala y mirada líquida.Era una ciudad fría, pero poco le importaba. Sin importar los chubascos, las lluvias o tormentas, se sentaba en un viejo banco de madera para abrir una maleta ya gastada por el uso,
Deshacerse de un libro es un proceso doloroso, algo así como decirle adiós a una persona que se va muy lejos y tal vez no volverá. No voy acá a decir que he sido un gran lector o que hubo un libro que cambió mi vida, porque como las personas que conozco, tal vez[…..]