No cabe la menor duda que durante siglos fuimos una sociedad patriarcal. Noah Harari hablaba en su libro “De animales a Dioses” de la imaginación compartida que establecen las diferentes sociedades para convencer a muchos extraños para cooperar entre sí. Y así lo han hecho los partidos políticos, los movimientos ideológicos y los cultos religiosos.
No sé en qué parte de la cadena alimenticia los hombres entendieron que a nosotros nos gustan los piropos. A mi se me paran las tetas pero no del deseo sino de la rabia. Odio los piropos callejeros. Son invasivos, denigrantes, deshonrosos, degradantes, vergonzosos. No me gustan los requiebros de los obreros que hemos[…..]