Ding, ding,ding. El móvil de vidrios que algún día fueron botella tintinea en medio de la noche. (Dingdinea, quiero decir) Hace frío. Tengo los pies helados. Hace rato dejé de dormir con medias. Puedo haberme curado de soledad nocturna pero ahora sufro de hipotermia calcánea. Suena inteligentísimo, pero no. Es masoquismo. Todo está en silencio.
Siempre he sido un tipo reservado. El problema es que aún no sé bien para quién ni en qué circunstancias. El caso es que mi forma de ser, taciturna y silenciosa, introvertida y abstraída, me ha regalado una fama de malparidez intermitente. Y no. Mi ángel de la guarda, mi dulce compañía, tal vez[…..]