Una de arroz por dos de agua

Una de arroz por dos de agua

 

Odiaba la cocina como odiaba muchas cosas

De política o de fútbol era iniciar una batalla

en la que pocas veces claudicaba

 

Por eso, supe que me amaba

el día que decidió aprender a hacer arroz

no fue difícil

al fin y al cabo, siempre fuimos el agua y el aceite.

Faltó la sal, pero a mí poco me importó

 

Nunca volví a probar arroz mejor

No era lo suelto o lo esponjoso

Ni lo blando, ni lo blanco o integral

Era saber su amor por mí

 

 

Desde ese día decidí quererla para siempre

Fue su amor, fue su arroz,

Fueron sus caricias o sus rabias escondidas

O todo junto a fuego bajo.

Mauricio Lievano

“Me gustan los juegos de palabras. En realidad más los juegos que las palabras”. Fundador de Atardescentes

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