Hay algo obsceno en ver caer a los titanes. Algo que nos devuelve la certeza brutal de que todos, absolutamente todos, vamos a perder esta batalla contra el tiempo. El 2 de octubre de 2024, en el Palau de la Música de Barcelona, Omara Portuondo subió al escenario por última vez. Tenía 94 años y
Hay quien entra a un probador convencido de que el fucsia es su color y sale enfrentando una verdad incómoda: parece recién salido de una gripe de tres días. Otros juran que el negro les adelgaza, pero lo que realmente consiguen es verse diez años más viejos. No es mala suerte ni los espejos de[…..]
Hay algo particularmente obsceno en la precisión. En la capacidad de un piloto de mirar una pantalla verde fosforescente, identificar un punto que parpadea como si fuera un lunar en un mapa, y apretar un botón que desencadena la muerte a varios kilómetros de distancia. Lo obsceno no es solo el acto en sí —la[…..]
Acabo de almorzar.Apenas rozo el meridiano. La oscuridad es como de seis de la tarde, tanta que ya me volvió a dar hambre. Obvio. Recurro al postre que nunca falla:un bocadillo con leche. Y es que hace rato, desde siempre tal vez, descubrí el poder de lo simple y lo sencillo. El cuerpo no me[…..]








