No fue hace mucho que me mamé de mirar el plato ajeno, de fiscalizar sus verduras y sus postres. Y aunque fue hace no mucho, no quiere decir que aún no lo haga, porque el peso del rumor sigue ahí, como moscas verdes zumbando en la indecencia de las certezas que un día le robe
Las ideas rebotan en mi cabeza. Llueve. Suena un trueno. A lo lejos se ve un relámpago. Mi apartamento es un completo desorden. Un caos. Dos obreros trabajan perezosamente. Llevan veinte días intentando encontrar una fuga de agua. No sé si lo mío es paciencia, resignación o estoicismo. Estoy atrapado en mi propia habitación. Es[…..]
Ella me escuchó como si no hubiera nadie más en el planeta. Tenía esa forma de mirar que no interrumpe, que no pesa, que apenas roza. Le dije que en las tardes de lluvia me buscaba a mí mismo. O a mi sombra. O a nadie. No sé. Nos vimos en una cafetería pequeña con[…..]
Hace dos años me iba a morir. Y no. Hace seis meses me quise morir. Y tampoco. Y hoy estoy aquí sentado tomándome un café con mi conmigo. La semana pasada descubrieron una fuga de agua en un tubo interno de mi apartamento y para arreglarlo han tenido que tumbar muros y paredes. Y yo,[…..]
Tal vez en otra vida fui tormenta. O un simple reguero de truenos. Y tal vez por eso mismo no encuentro paz, ni sosiego, ni calma. Me he escarbado solo. Ha dolido, ha dolido terriblemente.Todo sigue siendo confusión, una luz sin túnel, un hueco negro, un tobogán de emociones, aunque tal vez ese sea el[…..]
En estos seis meses he aprendido más de la vida que en toda mi existencia. Tal vez me tocó llegar al borde, caminar por la cornisa, el caos, la oscuridad, la cuerda floja en el trapecio para abrir los ojos y sanar el corazón. Y tengo miedo, claro. Claro que tengo miedo, pero no ese[…..]
Hasta que un día lo entendí. Me pasé la vida entera creyendo que los demás tenían la obligación de entenderme, de alcanzar a percibir todo lo que yo hacía o decía, incluso de estar de acuerdo, como si la ilusión de ser comprendido fuera un derecho inalienable. Y no. Mi ego, mi arrogancia, mi soberbia[…..]
El sobre sigue en mi bolsillo, pero es el cuaderno lo que ahora me ancla. Lo sostengo en mis manos, sentado en el suelo de su apartamento, rodeado del silencio que ella dejó. El escritorio está intacto, los informes perfectamente alineados, pero este cuaderno, con sus tapas gastadas y su olor a papel viejo, es[…..]
Te extraño, pero eso no tiene nada de extraño. Debe ser esa crema de manos que dejaste olvidada en la caja de remedios que me traje y que ayer, arriesgando mi cordura, destape, esparciendo tu recuerdo. Ni siquiera sé a qué huele, pero sé que huele a ti. El dolor no se borra, no es[…..]
El reloj marcaba las 4:44, un instante suspendido en la penumbra de la tarde. Ella lo miró con una calma resignada, como si el tiempo fuera un viajero que ya no la esperaba. Una sonrisa frágil, casi rota, cruzó su rostro. Fue su madre, en un pasado que ahora parecía un sueño desvaído, quien le[…..]