Mis fantasmas son recuerdos, ritos esotéricos, juegos de nostalgias. O de melancolías. Mis fantasmas son la versión adulta del ángel de la guarda.Casi, casi, un cataclismo.
Mis fantasmas suelen ser como seré yo cuando me muera. O cuando me vaya o cuando simplemente ya no esté para tocar la piel de quien me quiso. Por eso, a veces juegan y se ríen, me abrazan y apachurran, me tocan y hacen daño, me paralizan o me empujan. No están y no están porque hayan muerto. No están porque se han ido. A veces confundimos los fantasmas con las cosas, pero algo va de los fetiches a los recuerdos de las personas con que fuimos.
Dormir con un fantasma te asegura una noche larga e infinita, un sueño húmedo y una sonrisa idiota al día siguiente. Pueden incluso ser insomnio o pesadilla. Amanecer con él, en cambio, te arrebata y te carcome, te mortifica, te consume, te corroe y te desgasta, porque solo se alimenta de tu paz espiritual. Por eso, tal vez, es que dormimos con la puerta cerrada y con falleba, para evitar que los fantasmas invitados se aburran y se vayan. Y por eso, también, es que debemos ocuparnos en las cosas y en el día, para distraerlos y evitar que nos jodan la existencia.
Los fantasmas pueden ser ser sueño, insomnio o pesadilla
Somos los remiendos mal cosidos de pedacitos de fantasmas que habitan en nosotros para hablarnos al oído, para decirnos nuestros odios y dictarnos nuestros miedos, para soñar con lo que fue o maldecir lo que pasó. Son entes incorpóreos de figuras definidas con los que uno se baña y se masturba, con los que uno juega y se divierte o con los que uno se atormenta.
Lo cruel o lo grotesco, es que nosotros somos los fantasmas de los otros, la sombra con que sueñan o la tristeza que los jode. Habitamos en sus vidas para ser su tristeza o simplemente ser el tipo a quien putear.
Miguel Hernández dice que “ pasó el amor, la luna, entre nosotros y devoró los cuerpos solitarios. Y somos dos fantasmas que se buscan y se encuentran lejanos”. Y por eso, para bien o para mal, los fantasmas no suelen ser eternos. Se mueren cuando el recuerdo se convierte en simple olvido…