Somos un país de odiadores profesionales. Acá detestamos porque sí y porque no, porque nos dijeron o porque se quedaron callados, por blancos o por negros, por ser de izquierda o ser de derecha, por joven o por viejo, por hombre o por mujer, por ricos o por pobres. El motivo, poco importa. Vivimos una
Debo confesarlo con algo de vergüenza. Vivo rodeada de gente criticona. Yo misma, soy una de ellas. Me encanta juzgar a los demás, porque en el fondo de mi vanidad, creo que tengo siempre la razón y la verdad, no llego a cuerda. A los otros, los acepto con todo y sus defectos, pero lo[…..]