Hay hombres que no necesitan alzar la voz para ser escuchados, ni acumular riquezas para ser recordados. José «Pepe» Mujica fue uno de ellos. En un mundo donde los líderes suelen medirse por el tamaño de sus egos o el brillo de sus posesiones, Pepe emergió como un roble humilde, con raíces profundas en la
En la penumbra de un país que aún cargaba el peso de sus siglos, cuando los atardeceres se mecían entre el rumor de los ríos y el eco de las campanas, algo comenzó a agitarse. No era el fragor de los fusiles ni el crujir de las carretas en los caminos de herradura, sino un[…..]
Todos los presidentes, en cualquier parte y en cualquier tiempo, suelen creer, en su infinita vanidad, en su inmodestia desbordada, que están ahí para mandar, para resolver, para disponer, para orientar. Líderes, se alcanzan a llamar. Pobrecitos. Que alguien les diga que no, que venga que no es pa`eso, que parcerito abra bien los ojos,[…..]
A mí se me aplica la teoría del novio que se quiere ir: no eres tú, soy yo. En el tema espiritual, soy creyente consumado, pero en el tema político, soy ateo radical. La política me da asco, me produce náuseas, me causa malestar, me alborota la migraña y me genera arcadas. Algo así[…..]
Estamos llenos de gente con buenas ideas, pero con malas intenciones, porque a la hora de proponer, todos tienen doctrinas ingeniosas, frases rimbombantes, salidas avispadas, soluciones asombrosas, pero en el momento de mostrar los resultados, nos hacen pistola con los dedos de las manos y los pies, porque lo único que les interesa es el[…..]