Mauricio Liévano Quimbay acaba de lanzar «Tener la razón, no locura», una novela que te agarra de las solapas y no te suelta. Es un clavado sin tanque de oxígeno a la cabeza de un tipo que está hasta el cuello, lidiando con la depresión, buscando qué carajos hacer con su vida y, a ratos,
Hace un calor de todos los demonios. O serán mis infiernos. Como para variar, mi amigo Eduardo vino en mi rescate. Es extremadamente generoso. Desde hace años ha sido mi paño de lágrimas. Sabe todo de mí. No me juzga. Me escucha y se goza mis tristezas. Se ríe. Me enseña y me hace ver[…..]






