Ella lo sabe, pero debo decirlo una vez más porque yo no sé mañana qué pueda pasar. Del pasado ya no vale la pena hablar. Ella lo sabe, pero debo repetirlo a riesgo de que suene a sonsonete, hoy cuando ya no espero nada. O cuando tal vez, lo espero todo. Ella lo sabe, pero […]
Siempre he sido un tipo reservado. El problema es que aún no sé bien para quién ni en qué circunstancias. El caso es que mi forma de ser, taciturna y silenciosa, introvertida y abstraída, me ha regalado una fama de malparidez intermitente. Y no. Mi ángel de la guarda, mi dulce compañía, tal vez[…..]
No nos digamos mentiras. En condiciones normales y a riesgo de generalizar, las mujeres no pedimos perdón. No estamos hechas para eso. Hay algo en nuestro ADN, que nos impide reconocer nuestros errores. Y no es que nos equivoquemos menos. No. Tampoco que seamos infalibles, ni que nos las sepamos todas. Lo que sucede es[…..]
Estaba buscándote y me encontré. Y te encontré. Y encontré el sentido de las cosas. Y de lo bueno y lo malo que me pasa que no son más que puntos de vista. Y puse mi vida en un columpio del que me agarro y vuelo y – a veces – muy de vez en[…..]
Si hay amor nunca será tarde y por eso habrá que intentarlo las veces que sea necesario, porque el amor es de valientes, de personas que un día se atrevieron a superar el miedo, la rabia, la culpa y lo ansiaron nuevamente. Si amando uno no es capaz de intentarlo, se merece todo lo[…..]
Cuando uno se rompe tiene dos opciones.: O se deja desangrar o se cose, se zurce, se teje y avanza por la vida con su millón de cicatrices, que no son más que pruebas de supervivencia, constancias de un intento. Yo no soy Bolívar ( ni Simón, ni Gustavo, mucho menos) pero sí he[…..]
El dolor en los seres humanos merece respeto, paciencia, cuidado y sobre todo, tiempo. No admite juicios de valor, ni burla, ni desprecio, ni sarcasmo. Tratar de entender el dolor de los demás es un proyecto fracasado, porque siempre y de alguna forma terminamos por juzgar. ¿Y por qué llora?¿ Por qué sufre? No[…..]
Construir una relación es relativamente fácil. Lo verdaderamente complicado son los acabados. Decir adiós cuando uno ha querido, es difícil, doloroso e intenso. Y es que ninguna relación se acaba por la pelea de la noche anterior. El desamor o la impotencia se cocinan día a día, con el pequeño disgusto, la pequeña intransigencia,[…..]
Me he equivocado mucho, lo sé. Sin embargo, no son muchas las veces en que no pedí perdón, porque siempre he creído que al hacerlo reparo en parte el daño hecho y porque de alguna manera me ayuda a ser mejor. Sin embargo, a veces me he pasado al otro extremo dejándome atrapar por […..]
El arte de reinventarse, de reintentarse, es cuestión de filigrana y como el viejo oficio del kintsugi japonés, la idea es embellecer lo roto, reparar lo resquebrajado, hermosear lo agrietado sin negar los avatares de la vida porque al fin y al cabo, el que no llora, no sana.