En el bus de las seis de la mañana, mientras la ciudad despierta entre bocinazos y prisas, se puede observar un fenómeno que trasciende lo cotidiano: la esperanza en su forma más pura. Ahí está la señora que abraza su bolso, el ejecutivo que revisa obsesivamente su celular, la estudiante que repasa apuntes con determinación
Hace un calor de todos los demonios. O serán mis infiernos. Como para variar, mi amigo Eduardo vino en mi rescate. Es extremadamente generoso. Desde hace años ha sido mi paño de lágrimas. Sabe todo de mí. No me juzga. Me escucha y se goza mis tristezas. Se ríe. Me enseña y me hace ver[…..]
Suena “Fuego en el 23” de la Ponceña. “Se nos quemó la casa, Marcela, se nos quemó la casa”. Extraña coincidencia. Por la ventana veo el monte arder… La soledad debería ser como cuando se va la luz: salir a comprobar si solo somos nosotros o es en toda la cuadra. No sé. Tal vez[…..]
No he estudiado mucho, la verdad. Terminé mi bachillerato a las patadas y a duras penas me gradué de la universidad. No sé inglés, no sé bailar, no he hecho ninguna maestría. He leído algunas cosas, he escuchado mucha radio, he visto mucho cine, pero sobre todo, he puesto mucha atención a lo que dicen[…..]