¿Será que lo mío no es tristeza sino una alegría rara? Quisiera ser el grupo Niche, pero no pasó de Bukowsky : “Debo irme, no sé exactamente por qué. Estoy loco supongo. Adiós”. Sé que no debo. Sé que no puedo. Sé que no quiero. Supongo que hoy me lo permito. Que hoy se me
Ding, ding,ding. El móvil de vidrios que algún día fueron botella tintinea en medio de la noche. (Dingdinea, quiero decir) Hace frío. Tengo los pies helados. Hace rato dejé de dormir con medias. Puedo haberme curado de soledad nocturna pero ahora sufro de hipotermia calcánea. Suena inteligentísimo, pero no. Es masoquismo. Todo está en silencio.[…..]
En el mejor de los casos me quedan veinticinco años. Veinte en buena condición. En realidad, un día de más siempre será un día de menos. «El tiempo es un acorde que se fue” dice Alemor. Y no. No es la malparidez que me ha acompañado muchos años. Es una cucharada sopera de pura realidad.[…..]
Subo la escalera. Huele a orines. Está sucia como la gran mayoría de los puentes de las estaciones de Transmilenio. Me toca de escalón en escalón, muy despacio para que no me duela el pecho. Un rappitendero pasa veloz. Hoy no están los vendedores de audífonos, arepas, ropa, tapabocas, libros, baratijas, matas, cuarzos y otras[…..]
De camino a casa, junto pedacitos de alguien, boronas de nadie, mientras juego a no pisar las líneas que separan los andenes. Lo hacía de niño y ahora lo hago de viejo. Ya no corro porque me duele el pecho. Por la calle pasa silente un carro eléctrico. Al lado, una moto sin silenciador. Un[…..]
En la noche tejo el olvido y de madrugada lo destejo para resistir los demonios de la ausencia. Y así todos los días, como la Penélope de Ulises. No termino por saber si estoy roto o descosido, pero de a pocos me doy cuenta que no hay opción distinta a recoger los pedacitos, ordenar[…..]
Tiene nombre de cuatro santos, pero ninguno ha logrado enderezarlo. Ni San Luis, ni San Francisco, ni el mismo Niño, ni tampoco Jesús. Debe ser porque hace muchos años en los caminos de su búsqueda se encontró con el nombre de Keshavananda, que, por esas cosas de la practicidad y la pereza, quedó convertido en[…..]
Ella lo sabe, pero debo decirlo una vez más porque yo no sé mañana qué pueda pasar. Del pasado ya no vale la pena hablar. Ella lo sabe, pero debo repetirlo a riesgo de que suene a sonsonete, hoy cuando ya no espero nada. O cuando tal vez, lo espero todo. Ella lo sabe, pero[…..]
Gonzalo Arango decía que todo era de él en el sentido en que nada le pertenecía. Yo, descarado y abusivo, lo parafraseo y digo: Soy, en el sentido de ser obra del Dios en el que creo cada día. El mío, no el de nadie. Soy feliz, en el sentido de sentir todos los días[…..]
Por estos tiempos que nos corren, no resulta fácil ser un tipo bueno y eso, es algo en lo que todos los que hemos tenido la fortuna de habérnoslo cruzado en nuestras vidas, parecemos estar de acuerdo. Lo conozco hace algo más de cuarenta años. No era el mismo de hoy, por supuesto. El de[…..]