Deshacerse de un libro es un proceso doloroso, algo así como decirle adiós a una persona que se va muy lejos y tal vez no volverá. No voy acá a decir que he sido un gran lector o que hubo un libro que cambió mi vida, porque como las personas que conozco, tal vez
El mundo se llenó de mascotas y aunque el hombre es el único ser humano que domestica animales para tenerlos consigo y esta práctica tiene algo más de 27 mil años, parece ser que la explosión actual se debe principalmente a las redes sociales y a la nueva composición del núcleo familiar. En Colombia,[…..]
Dicen que del amor de un gato nadie se recupera y eso parece ser cierto porque con su nadadito de perro, se han convertido en las mascotas preferidas. Durante mucho tiempo tuvieron mala fama porque se les asociaba con ritos satánicos, duendes y brujas de nariz puntuda, algo que no tenía un asidero real,[…..]
Los atardescentes, los vintagenarios, los madurescentes, somos una especie de clase media, con todas sus características: arribistas, aspiracionales, confundidos y olvidados. La generación vintagenaria, situada en la franja que araña los 45 y los 60, vivimos en una especie de marasmo, que a veces confundimos con la baba, porque no hemos aprendido a reconocer lo[…..]
Si hay una situación difícil para la generación atardescente es encontrar la forma de unir historias, de comenzar de nuevo con otra pareja o con nuevos socios o con nuevos proyectos. No hay duda que a esta altura de la existencia, todos hemos tenido una vida. Lo bueno, lo malo, o lo feo es[…..]
Si no unta o no embadurna, no es buen sexo, no es buen juego, no es buen libro, no es buen postre. Llegó el momento de vivir las cosas simples porque de a poquitos también podemos encontrar nuestro destino…
Los atardescentes estamos en ese momento delicioso de la vida donde podemos hacer lo que queramos, donde podemos y tenemos el derecho y el deber de no quedarnos con las ganas. Somos seres poderosos, creativos, vitales que sabemos qué queremos, cómo lo queremos y por dónde lo queremos. […..]
Cuando todo está perdido, no hay nada que perder. Son esos momentos, muy de atardescentes, donde todo lo que venga se recibe como un milagro. Y no es pesimismo, ese borde en la ventana donde siempre termino siendo colocado por lo que digo, lo que escribo o lo que hago. No. Tampoco es que ahora[…..]
La clave del mercado del usado es asumirse como tal, por más engallado que uno se encuentre. Querer pasar como nuevo, no sólo es un error, sino un pasaje al despeñadero. Los usados realistas son ingenuos, pero no tontos, es decir que se acercan con total desaprensión, pero tampoco se dejan meter los dedos a la[…..]